Secuestrar al Presidente

Archivos de poder: Martín Moreno

Ni es una broma macabra ni mucho menos una frase cualquiera. “Parece que quieren pasar al secuestro del Presidente el día 1 de septiembre”, alertó ayer nada menos que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Manlio Fabio Beltrones, refiriéndose a una supuesta intención encubierta del Frente Amplio Progresista (FAP) contra Felipe Calderón.

La advertencia no es un asunto menor. Es algo grave. Muy grave.

Sobre todo si consideramos que, al menos en una ocasión y durante la crisis legislativa por el secuestro de las tribunas, el presidente Calderón le ha llamado a Beltrones para pedirle que le ayude a destrabar el conflicto que tiene atorada la iniciativa sobre reforma energética.

Calderón se encuentra muy preocupado por lo que está ocurriendo y, sobre todo, debido a los riesgos de estallido social que podrían presentarse a futuro.

El SOS enviado por Calderón a Beltrones confirma una situación muy incómoda para el Presidente: que carece de operadores políticos en el Congreso, tanto en Xicoténcatl como en San Lázaro. Conforme transcurren las horas, no son pocos los que ven cierto “sospechosismo” (frase creelista) en la apatía, ineficacia y doble lenguaje del coordinador panista senatorial —precisamente Creel—, quien nada, absolutamente nada, hizo por evitar la toma de la tribuna el pasado 9 de abril.

¿Dónde estaba Creel durante el secuestro de la tribuna en el Senado? En su oficina, escondido. Aunque lo niega, no hay ninguna fotografía o testimonio que demuestren que haya intentado, al menos, impedir la acción del FAP.

¿Por qué Creel no ocupó su lugar como presidente del Senado, aferrándose a la curul más importante del Salón de Sesiones y, como lo hicieron los senadores perredistas, decir: No me muevo de aquí y háganle como quieran? Los malpensados dicen: para contribuir a la descomposición política que pondría de cabeza al gobierno calderonista.

Aún más: la propuesta de un debate petrolero durante 50 días fue ideada y planteada por Beltrones, y no por Creel, como se empeñan en filtrar los voceros del senador panista.

Por eso resulta inexplicable que tanto Creel como el diputado Héctor Larios no fueran removidos justo cuando un cercano a Calderón, Germán Martínez, asumió la presidencia del PAN, ya que tiene la facultad de nombrar, de manera directa, a los coordinadores parlamentarios.

Resulta increíble que Calderón haya mantenido a ambos, Creel y Larios, como jefes camerales. Y ahí están las consecuencias: un gobierno huérfano de operadores propios, eficaces, confiables, que le respondan directamente a Calderón. ¿Qué espera el Presidente para deshacerse de Creel y de Larios? ¿A que le estalle socialmente el conflicto petrolero?

La advertencia de Beltrones no debe tomarse a la ligera. Sus palabras son directas:

“La verdad es que hay que decirlo con todas sus palabras: los 120 días propuestos por el FAP han despertado enormes suspicacias entre el partido en el gobierno, el gobierno mismo y algunos críticos, porque el plazo termina casualmente el 31 de agosto y el primero de septiembre hay Informe presidencial.

“Del secuestro de la Cámara, dicen ellos, yo solamente los he escuchado, parece que quieren pasar al secuestro del Presidente el día 1 de septiembre, y eso no es sano”.

Es innegable que Beltrones sabe un rato de política, mucho más que los endebles operadores calderonistas que, desde el gobierno, han evidenciado su falta de oficio político. No resulta extraño, entonces, que el Presidente de la República le haya llamado, al menos en una ocasión, para que lo ayude a destrabar el grave conflicto que se ha presentado en el Congreso.

Y, también por eso, sabedor del oficio del sonorense, ayer mismo el senador perredista Ricardo Monreal desconoció al PRI como interlocutor y pidió negociar exclusivamente con el gobierno federal.

“No reconocemos al PRI como interlocutor ni, mucho menos, como intermediario de la negociación. El PRI es la tercera fuerza electoral y así debe manejarse, ese es su lugar en el Congreso de la Unión”, aseguró Monreal.

Y más: Monreal le pidió al gobierno calderonista tener “flexibilidad” para llegar a un acuerdo.

Es kafkiano: los legisladores del FAP pidiendo “flexibilidad” cuando ellos, ordenados por AMLO, han mostrado precisamente lo contrario: inflexibilidad, intolerancia y antidemocracia, con respecto a como se debe discutir la reforma energética.

Por un lado piden diálogo. Por el otro, dan el garrotazo.

Debido a ello, no se antoja descabellado que el FAP pretenda llegar, como dice Beltrones, hasta el primer día de septiembre, para “secuestrar al Presidente”.

Es cierto: el profundo rencor, y hasta odio, que AMLO le tiene a Calderón por la derrota de 2006, puede llevar al país a una situación peligrosa en extremo.

Archivo confidencial… Mientras el DF es una ciudad insegura, con los secuestros al alza, un transporte anárquico y de cafres que semana a semana arrollan y matan a peatones, con las marchas rompiéndole el espinazo a la urbe, el diputado local Jorge Carlos Díaz Cuervo —el mismo que hizo pública su adicción a la mariguana—, acompañado de un desecho del PRI, Miguel González Avelar, y de una señora de nombre Teresa Vale, impulsa ridículos amparos contra la ley antifumadores. Cuervo debería saber que, de 100 mil personas que fallecen por tabaquismo, alrededor de ocho mil son fumadores pasivos. Vaya ignorancia e irresponsabilidad.

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