24 Abr. 08

"Tengo que seguirlos: soy su líder".

Alexandre Rollin


Antes los llamaban "comisionados" o incluso "aviadores". Los términos se referían a aquellos trabajadores o empleados que los sindicatos o las dependencias gubernamentales liberaban de sus responsabilidades normales y utilizaban para realizar trabajo político... esto es, los mandaban a la grilla, para emplear la terminología que ellos mismos empleaban. Estos comisionados no tenían que realizar las labores pesadas para las que se les pagaba su salario sino otras determinadas por el jefe o el líder sindical.

Hoy, gracias a Andrés Manuel López Obrador, podemos llamar a estas personas "adelitos", aunque en esencia siguen haciendo lo mismo. Se trata de empleados o trabajadores que no tienen que cumplir con los trabajos para los que se les paga un sueldo sino que utilizan su tiempo para labores políticas.

¿Nunca se ha preguntado usted cómo hace un maestro o un campesino o un taxista pirata o una ex "gacela" (escolta femenina) del gobierno del Distrito Federal para pasar días, semanas o meses enteros en plantones y movilizaciones? Es tan poco lo que gana un maestro común y corriente, sobre todo si realmente tiene que dedicar su tiempo a dar clases, que es difícil saber cómo puede dejar de asistir a sus obligaciones durante semanas para quedarse a vivir, por ejemplo, en el campamento que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, mantiene desde hace meses fuera de las instalaciones del ISSSTE en la Plaza de la República.

Afortunadamente, los mexicanos no tenemos por qué preocuparnos por los ingresos de estos adelitos. Todos ellos reciben puntualmente ingresos iguales o incluso mayores a los que obtendrían en sus rutinarios trabajos burocráticos. ¿Quién aporta ese dinero? Nosotros los contribuyentes, por supuesto. ¿Quién más?

Los adelitos y las adelitas -para hablar en el lenguaje políticamente correcto que nos heredó Vicente Fox- no tienen el problema del resto de los mexicanos de tener que presentarse a trabajar para percibir sus salarios. Nuestro sistema político, experto en simulaciones, ha encontrado formas para darle a cada uno un dinero seguro a pesar de no estar cumpliendo con las funciones para las que fue contratado.

A algunos de los adelitos les paga el partido político al que pertenecen. Si bien al IFE se le reportan funciones administrativas para estas personas, el verdadero trabajo que llevan a cabo es el de organizar manifestaciones, plantones y actos diversos de presión durante el tiempo que sea necesario. No hay que preguntarse de dónde sacan los partidos el dinero para este propósito. Tan sólo en este 2008, un año en el que no hay elecciones federales, los tres partidos del Frente Amplio Progresista recibirán más de 900 millones de pesos de dinero de los contribuyentes. Y como ya no tienen que pagar por los anuncios de radio y televisión, tienen una verdadera fortuna en sus manos que no saben en qué gastar.

Otros adelitos son subsidiados por las instituciones a las que deben prestar sus servicios. Algunos maestros y profesores de escuelas y universidades públicas, por ejemplo, pueden darse el lujo de pasarse meses enteros en plantones y trabajos políticos pese a lo cual siguen recibiendo sus sueldos de estas instituciones. Algunos de ellos son comisionados para la realización del trabajo político, pero otros simplemente aprovechan la facilidad con la que pueden cobrar en nuestras instituciones públicas sin hacer nada... o por lo menos nada para la institución.

Muchos de los adelitos son empleados o trabajadores del gobierno. Se les contrata ostensiblemente para cumplir con una obligación determinada en la administración pública, pero su trabajo real es participar en movilizaciones políticas.

En los casos de algunas asociaciones populares, como las de los taxistas, la organización utiliza sus propios recursos para subsidiar a sus adelitos. Pero claro, estos grupos obtienen sus ingresos de los tratos especiales que obtienen de la autoridad, por lo que enviar carne de cañón a las movilizaciones es un costo relativamente pequeño en el negocio privilegiado al que tienen acceso. Los sindicatos, por supuesto, siempre tienen grandes números de comisionados listos a hacer todo menos a trabajar para las empresas que los han contratado.

A final de cuentas, sin embargo, los que pagamos los sueldos de todos los adelitos -desde los secretarios del "gobierno legítimo" hasta el correveydile más humilde- somos nosotros los contribuyentes. Y es que si realmente los adelitos tuvieran que trabajar para ganarse la vida, como la enorme mayoría de los mexicanos, el número que participa en plantones y manifestaciones prolongados se reduciría de manera dramática.

Secuestrar al Presidente

Archivos de poder: Martín Moreno

Ni es una broma macabra ni mucho menos una frase cualquiera. “Parece que quieren pasar al secuestro del Presidente el día 1 de septiembre”, alertó ayer nada menos que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Manlio Fabio Beltrones, refiriéndose a una supuesta intención encubierta del Frente Amplio Progresista (FAP) contra Felipe Calderón.

La advertencia no es un asunto menor. Es algo grave. Muy grave.

Sobre todo si consideramos que, al menos en una ocasión y durante la crisis legislativa por el secuestro de las tribunas, el presidente Calderón le ha llamado a Beltrones para pedirle que le ayude a destrabar el conflicto que tiene atorada la iniciativa sobre reforma energética.

Calderón se encuentra muy preocupado por lo que está ocurriendo y, sobre todo, debido a los riesgos de estallido social que podrían presentarse a futuro.

El SOS enviado por Calderón a Beltrones confirma una situación muy incómoda para el Presidente: que carece de operadores políticos en el Congreso, tanto en Xicoténcatl como en San Lázaro. Conforme transcurren las horas, no son pocos los que ven cierto “sospechosismo” (frase creelista) en la apatía, ineficacia y doble lenguaje del coordinador panista senatorial —precisamente Creel—, quien nada, absolutamente nada, hizo por evitar la toma de la tribuna el pasado 9 de abril.

¿Dónde estaba Creel durante el secuestro de la tribuna en el Senado? En su oficina, escondido. Aunque lo niega, no hay ninguna fotografía o testimonio que demuestren que haya intentado, al menos, impedir la acción del FAP.

¿Por qué Creel no ocupó su lugar como presidente del Senado, aferrándose a la curul más importante del Salón de Sesiones y, como lo hicieron los senadores perredistas, decir: No me muevo de aquí y háganle como quieran? Los malpensados dicen: para contribuir a la descomposición política que pondría de cabeza al gobierno calderonista.

Aún más: la propuesta de un debate petrolero durante 50 días fue ideada y planteada por Beltrones, y no por Creel, como se empeñan en filtrar los voceros del senador panista.

Por eso resulta inexplicable que tanto Creel como el diputado Héctor Larios no fueran removidos justo cuando un cercano a Calderón, Germán Martínez, asumió la presidencia del PAN, ya que tiene la facultad de nombrar, de manera directa, a los coordinadores parlamentarios.

Resulta increíble que Calderón haya mantenido a ambos, Creel y Larios, como jefes camerales. Y ahí están las consecuencias: un gobierno huérfano de operadores propios, eficaces, confiables, que le respondan directamente a Calderón. ¿Qué espera el Presidente para deshacerse de Creel y de Larios? ¿A que le estalle socialmente el conflicto petrolero?

La advertencia de Beltrones no debe tomarse a la ligera. Sus palabras son directas:

“La verdad es que hay que decirlo con todas sus palabras: los 120 días propuestos por el FAP han despertado enormes suspicacias entre el partido en el gobierno, el gobierno mismo y algunos críticos, porque el plazo termina casualmente el 31 de agosto y el primero de septiembre hay Informe presidencial.

“Del secuestro de la Cámara, dicen ellos, yo solamente los he escuchado, parece que quieren pasar al secuestro del Presidente el día 1 de septiembre, y eso no es sano”.

Es innegable que Beltrones sabe un rato de política, mucho más que los endebles operadores calderonistas que, desde el gobierno, han evidenciado su falta de oficio político. No resulta extraño, entonces, que el Presidente de la República le haya llamado, al menos en una ocasión, para que lo ayude a destrabar el grave conflicto que se ha presentado en el Congreso.

Y, también por eso, sabedor del oficio del sonorense, ayer mismo el senador perredista Ricardo Monreal desconoció al PRI como interlocutor y pidió negociar exclusivamente con el gobierno federal.

“No reconocemos al PRI como interlocutor ni, mucho menos, como intermediario de la negociación. El PRI es la tercera fuerza electoral y así debe manejarse, ese es su lugar en el Congreso de la Unión”, aseguró Monreal.

Y más: Monreal le pidió al gobierno calderonista tener “flexibilidad” para llegar a un acuerdo.

Es kafkiano: los legisladores del FAP pidiendo “flexibilidad” cuando ellos, ordenados por AMLO, han mostrado precisamente lo contrario: inflexibilidad, intolerancia y antidemocracia, con respecto a como se debe discutir la reforma energética.

Por un lado piden diálogo. Por el otro, dan el garrotazo.

Debido a ello, no se antoja descabellado que el FAP pretenda llegar, como dice Beltrones, hasta el primer día de septiembre, para “secuestrar al Presidente”.

Es cierto: el profundo rencor, y hasta odio, que AMLO le tiene a Calderón por la derrota de 2006, puede llevar al país a una situación peligrosa en extremo.

Archivo confidencial… Mientras el DF es una ciudad insegura, con los secuestros al alza, un transporte anárquico y de cafres que semana a semana arrollan y matan a peatones, con las marchas rompiéndole el espinazo a la urbe, el diputado local Jorge Carlos Díaz Cuervo —el mismo que hizo pública su adicción a la mariguana—, acompañado de un desecho del PRI, Miguel González Avelar, y de una señora de nombre Teresa Vale, impulsa ridículos amparos contra la ley antifumadores. Cuervo debería saber que, de 100 mil personas que fallecen por tabaquismo, alrededor de ocho mil son fumadores pasivos. Vaya ignorancia e irresponsabilidad.

Sabado 5 de Abril de 2008

Publicado en LA CRONICA de hoy


Ya cayó en la autodestrucción el ciudadano al que inexplicablemente se le ha dado valor de contrapeso al nivel del Presidente del país y que se la pasa advirtiendo de temas inexistentes como la privatización de Pemex y un tal cerco informativo.
¿Cómo hablar de cerco informativo, cuando ha recorrido el cuadrante radiofónico y el dial de TV con participaciones mínimas de media hora?
Este señor, de apellido López, conocido de muchas formas y que hoy aquí denominaremos Pejeroloco, como ya lo han llamado en otros lugares, es un autodestructivo extremo. Cuando pronunció su frase descriptiva de “¡al diablo las instituciones!”, incluyó al partido político al que pertenece, al que hoy vemos zozobrando, víctima de sus propias estrategias anarquistas al extremo.
El ciudadano López dice a quien lo quiere oír y repercutir qué es lo que le gusta y lo que no, a manera de soberano de pacotilla, como el rey de un pequeño planeta en El Principito.
El verdadero innombrable se siente cómodo con entrevistadores que le son afines o que le permiten explayarse sin objeción alguna.
Pero con los que son sus críticos, se le nota la incomodidad. Es más, con algunos ni se ha molestado en acudir, a pesar de que se le ha invitado reiteradamente.
Esta semana no pudo ocultar su sorpresa y se mostró tal cual es, desencajado, en la entrevista televisiva que le realizó Carlos Loret de Mola, misma que ha sido reproducida y comentada en diversos medios. Ante millones de televidentes el Pejeroloco comenzó a picotearse a sí mismo.
Hasta que se autodestruya, no se vale que en México permitamos ser rehenes de este falso mesías, que con la bandera de la resistencia civil pacífica amenaza con brotes violentos secesionistas en caso de que se presente alguna propuesta de reforma energética.

DESABASTO. Aunque el Pejeroloco haga berrinche, si las condiciones no cambian en la política energética actual, México está condenado a padecer en el corto plazo un desabasto de hidrocarburos que afectaría gravemente la estabilidad del país. Algunos ejemplos que demuestran lo anterior son: que México tuvo que importar el año pasado el 40% del consumo interno de las gasolinas, erogando 10 mil 660 millones de dólares y que Pemex pasó de ocupar la sexta posición entre las principales empresas petroleras del mundo en 2004, a ubicarse el año pasado en el undécimo lugar.
Asimismo, Pemex redujo durante al año pasado el 5.3% de su producción diaria de barriles, al igual que redujo en 180 mil barriles diarios sus niveles de exportación. Por si fuera poco Cantarell, el principal yacimiento petrolero, está llegando a su periodo de declinación, con reservas calculadas para menos de 10 años.
La solución radica en terminar con los vicios que tanto daño le hacen a Pemex y enfocarnos a la solución de problemas que afectan a la paraestatal, tales como la falta de recursos financieros, de mecanismos de transparencia, de un gobierno corporativo eficiente, de una autonomía de gestión, de sistemas de control eficaces. Dichos problemas, han derivado también en consecuencias como falta de tecnología moderna, baja eficiencia operativa, nula competitividad respecto de empresas extranjeras, rentabilidad reducida, inseguridad en las operaciones, falta de capacidad de gestión y efectos negativos en el medio ambiente.
Una de las personas que más ha trabajado en este asunto es el senador Juan Bueno Torio, de la Comisión de Energía, quien lleva a cabo los trabajos sobre la reforma energética.

FUTURO. La industria azucarera mexicana requiere certidumbre y apoyo del gobierno para invertir en la producción de etanol, manifestó el empresario azucarero Juan Cortina Gallardo en el marco de la Cuarta Conferencia y Exposición Anual de Biocombustibles de las Américas.
El integrante de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera, señaló que la industria azucarera mexicana está en posibilidad de invertir por lo menos 500 millones de dólares en plantas de etanol, aprovechar los excedentes de azúcar de 1.2 millones de toneladas anuales y extender la producción de caña, uno de los cultivos más rentables. Comentó que pronto el gobierno dará a conocer el Plan Nacional de Desarrollo en la materia y confió que con reglas claras y firmes se dé certidumbre a productores e inversionistas para sacar adelante a esta industria, una de las más importantes del país.

IMPARABLE. Empresarios y familias que consumen gas natural padecen el incremento constante en el precio de este energético, lo cual genera un malestar generalizado. Cuando les ofrecieron el cambio del combustible, de gas LP a gas natural, les ofrecieron mantener un bajo costo del energético. Sin embargo, lo que no les dijeron las empresas distribuidoras de gas natural como Tractebel es que el precio tendería a incrementarse en forma constante.
Los consumidores de este combustible en Jalisco señalan que Tractebel les cobra el servicio aunque no consuman gas en el mes y, además, les cobra conceptos tales como instalación, distribución por comercialización, capacidad y uso por Gcal, reconexión, desconexión y conexión no estándar del servicio. Es decir, las familias y empresarios que firman un contrato de servicio con Tractebel reciben una serie de cobros adicionales al gas natural que consumen.
Otro elemento que critican los empresarios es que desde que Tractebel entró a Guadalajara no se ha presentado renovación alguna de los ductos y eso que las instalaciones tienen cerca de 40 años, por lo que no descartan un accidente en un futuro próximo.

CONTROL. La Comisión Federal de Competencia (CFC), a cargo de Eduardo Pérez Motta, hizo pública la resolución sobre la declaratoria DC-01-2007, la cual indica en qué regiones del país el precio del gas LP estaría controlado o liberado según el análisis que la misma dependencia realizó previa solicitud de la Secretaría de Energía.
Con tal resolución ya no sería la Secretaría de Economía de Eduardo Sojo, quien fije los precios máximos al público a partir de las condiciones de competencia efectiva en los mercados correspondientes de gas LP en el país, sino la misma Sener, que encabeza Georgina Kessel.
La CFC determinó que de 145 regiones en donde se vende el energético; en 15 de ellas hay condiciones de competencia efectiva de venta del combustible a consumidores finales. Dichas regiones se encuentran en los estados de Aguascalientes, Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz.
Esto ha provocado que las distribuidoras de gas LP ajusten sus precios de negocio buscando no afectar al consumidor final en cuestión de venta y servicio, algo que no se ha logrado, ya que al final quien termina subsidiando los insumos de las empresas gaseleperas son las amas de casa.
Por otra parte, quizá la más grave, es que al existir zonas con “precio libre” colindantes con regiones cuyo precio esté controlado, ocasionaría una diferenciación en el mismo, lo que provocaría un mercado negro por parte de las distribuidoras en la venta del combustible.
De tal modo que empresas cuyas plantas de distribución se encuentren fuera de la Zona Metropolitana del Valle de México, buscarían entrar a esta zona con el precio liberado, que por el rezago en materia de regulación sería más caro ocasionando arbitrariedades. La solución para evitar estos problemas está en manos de la Sener, pues la dependencia puede actualizar los márgenes de comercialización con la finalidad de que las mismas empresas distribuidoras tengan libertad de ajustar sus precios de negocio y así acercarse a un óptimo escenario de mercado libre y competitivo.

31 Mar. 08

Mandar al diablo las instituciones no es el deshacerse de lo inservible sino desprenderse de lo elemental -y de lo propio. No es atacar la fortificación enemiga sino perforar la nave donde uno viaja. Dirán los defensores de las comillas que López Obrador no mandó al diablo a las instituciones sino a sus instituciones. Subrayarán que los institutos remitidos al caluroso territorio eran los de la derecha tramposa. Pero ahí está el gran problema del lente marxista. Las instituciones del Estado no pueden entenderse como armas de los encumbrados contra los justos. Son el domicilio común, el espacio indispensable para la convivencia. Cuando el caudillo gritó a los cuatro vientos que las instituciones merecían estar ahí, en el infierno de la porquería, era claro que mandaba al diablo también a quien lo hacía su candidato. Era cuestión de tiempo que los efectos de la convocatoria se hicieran sentir en su propia casa. Se ha consumado el aviso: al PRD se lo ha llevado el diablo.

El discurso del gran caudillo ha sido un coherente embate a los tres fundamentos de la convivencia: el diálogo, la verdad y las reglas. Ése es el tripié del trato institucional: aceptar la realidad, acatar las reglas, tolerar al otro. No es extraño lo que pasa en la familia perredista porque ahí ha avasallado ese mensaje: no se puede conversar con los traidores; no importan los hechos; sólo valen las normas que me validan.

Empecemos con la cancelación del diálogo. Tiene sentido escuchar a otro si se admite su dignidad, la posibilidad de que tenga razón o, incluso, si se acepta su derecho a equivocarse. Esa rutina en la que unos y otros hablan y se escuchan consecutivamente ha sido vetada por el purísimo. Los patriotas no tienen por qué charlar con los traidores. A ellos no se les escucha, se les aplasta. Hoy lo vemos en la nueva campaña lopezobradorista. Con retórica e ilusiones insurreccionales se organizan comandos -¡así les llama!- para impedir que una fuerza política presente una iniciativa de ley. Se preparan para bloquear la deliberación. Considerar los argumentos de los desleales a la patria es ya motivo de excomunión. Curiosa virilidad de la intolerancia: quien escucha el alegato de otro se le entrega. Quien admite que el otro pudiera encerrar alguna diminuta y remota pista de razonabilidad es ya cómplice de los peores. Imposible debatir en este ambiente. El único espacio de la palabra es la cantaleta, la consigna y la amenaza.

Las proscripciones se extienden como epidemias. Si primero está prohibido conversar con los del otro partido; luego se vuelve indebido conversar con los del otro barrio y luego con los de la otra casa, después con los del otro cuarto, y al final con el de al lado. Al vetar el primer diálogo se inicia el camino hacia el monólogo donde sólo una voz es legítima. El resto tiene permiso de celebrarla. Lo que ahora pasa dentro del PRD no es más que la ramificación de su intolerancia. Ahora la intransigencia se perfila contra los enemigos interiores. Unos son puros, los otros traidores. Y ya se sabe que con los traidores no se puede tomar el café porque lo envenenan.

La sociedad política también tiene ciertas exigencias de verdad. No es que sea una comunidad científica volcada a la medición y la experimentación. Pero reclama un mínimo compromiso para aceptar hechos. Cada uno puede valorarlos como le dé la gana, pero no se tiene derecho a inventar la verdad, a torcerla, a ignorarla. Como recuerda el libro de Carlos Tello Díaz, a las once de la noche del 2 de julio del 2006, Andrés Manuel López Obrador declaró que aventajaba con "cuando menos 500 mil votos" a su adversario. ¿De dónde sacó ese número? De la manga. Lo inventó. Dijo medio millón, pero pudo haber dicho 3 millones. Después fue inventando e inventando e inventando hipótesis, teorías y conjuras que trataban de ocultar su derrota y fabricar una victoria cuya única fuente es la fe de sus simpatizantes. Al acompañar a López Obrador en ese viaje de fantasía, el perredismo ha dado muestras de su escasísimo compromiso con la verdad -y ahora paga las consecuencias. Lo mismo se escucha hoy en relación con el petróleo: inventos, fabricaciones, incoherencias. Tal parece que la realidad ha sido condenada como reaccionaria. Y ahora que el PRD cumple su segunda semana sin poder declarar al ganador de su contienda interna, ¿de dónde puede levantarse la voz que pida la elemental constatación de hechos? ¿Quién podría levantar la mano para reivindicar la importancia de la veracidad difunta cuando todo el partido colaboró en su entierro?

Los conflictos pueden arreglarse de tres maneras: se resuelven a golpes y se impone el más fuerte; los soluciona una figura de autoridad y todos la reconocen; o se canaliza por algún procedimiento, siguiendo reglas. Las dos últimas opciones parecen inviables para el PRD. Las normas y los árbitros no generan confianza y la figura de autoridad es declaradamente parcial. Quedan la fuerza y el ruido. El mensaje antiinstitucional de López Obrador ha tenido eco dentro de su partido. Las diatribas que el partido ha recitado en contra del régimen ahora se adaptan al pleito de las facciones. Unos son los espurios, los otros los legítimos; ellos son peleles, nosotros los congruentes. Por eso el pacto entre los contendientes se impone por encima de las resoluciones del órgano común. Ése es el legado político del caudillismo: la expropiación del domicilio compartido. Quien vive en la casa del PRD lo hace por graciosa condescendencia del presidente legítimo.

López Obrador cosecha en su partido lo que ha sembrado para el país. La crisis del PRD será lamentable pero no es injusta.

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Sergio Sarmiento
3 Mar. 08
Publicado en: Reforma



"pelele. 1. m. Figura humana de paja o trapos que se suele poner en los balcones... 3. m. coloq. Persona simple o inútil".

Diccionario de la Real Academia Española


Tan sólo es el presidente "legítimo" y no el constitucional, pero eso no ha sido obstáculo para que Andrés Manuel López Obrador caiga en las viejas prácticas del presidencialismo priista. Esto lo vemos en su abierto operativo para lograr que su lugarteniente de tanto tiempo, Alejandro Encinas, sea electo presidente nacional del PRD.

El autodenominado presidente legítimo no ha ocultado su intención de imponer a su candidato como cabeza de su principal partido político (principal, porque también tiene al PT y en menor medida a Convergencia). Públicamente le ha expresado un apoyo irrestricto. Pero además ha utilizado a sus alfiles, como el secretario de Comunicación del partido, Gerardo Fernández Noroña, para atacar a los candidatos rivales y en especial al más peligroso de todos, a Jesús Ortega, ex coordinador de los senadores del PRD y ex coordinador de campaña del propio López Obrador.

El presidente legítimo ha reclutado para la campaña de Encinas al propio René Bejarano, quien fue su secretario particular y que nominalmente ha sido expulsado del PRD por haber aceptado dinero del contratista Carlos Ahumada, pero que sigue controlando con su esposa Dolores Padierna a los grupos corporativistas más importantes del Distrito Federal.

De nada le ha servido a Ortega haber sido estrictamente leal a López Obrador durante la campaña del 2006 y las movilizaciones posteriores, entre ellas la toma del Paseo de la Reforma que tanto daño le hizo al PRD. El problema para López Obrador es que Ortega, y el resto del ala moderada del PRD, tienen una visión distinta a la del ex candidato presidencial, y el presidente legítimo no quiere a un presidente del partido que le genere problemas o cuestionamiento. López Obrador quiere tener al frente del PRD a un hombre de toda su confianza, a un político que haga todo lo que él ordene, a un verdadero pelele.

La cargada a favor de Encinas ha sido impresionante. Toda la maquinaria del presidente legítimo se ha desplegado en apoyo a su candidato. Ahora muchos perredistas se quieren lavar las manos de Bejarano, pero es claro que éste nunca ha dejado de desempeñar un papel importante en los operativos políticos del PRD. Lo curioso del caso es que a los miembros del PRD que pertenecen al ala moderada, como al senador Carlos Navarrete, se les están haciendo descuentos en sus ingresos para pagar los gastos de un aparato electoral destinado a derrotarlos en las urnas. Particularmente eficaz en el operativo político a favor de Encinas ha sido el apoyo de La Jornada, la Biblia de los perredistas.

Ortega ha tenido también respaldos importantes, entre ellos el de Lázaro Cárdenas Batel, el ex gobernador de Michoacán, pero estos miembros del PRD no controlan los aparatos corporativistas a los que tiene acceso López Obrador.

Como consecuencia de la cargada, Encinas se ha convertido en el favorito para ganar la elección del próximo 16 de marzo. Una encuesta del periódico Reforma señalaba que el candidato de López Obrador tenía el apoyo del 21 por ciento de la población en general, contra el 12 por ciento de Jesús Ortega; lo que es más importante es que contaba con la preferencia del 33 por ciento de los perredistas contra el 21 por ciento de Ortega. Si bien aún el 30 por ciento de los encuestados perredistas no expresaba su simpatía en esta encuesta, realizada entre el 16 y el 18 de febrero, la ventaja de Encinas era ya muy grande. Tendría que ocurrir una enorme sorpresa para que Ortega pudiera revertirla y alzarse con el triunfo.

Quizá López Obrador, como militante de un partido en pleno goce de sus facultades políticas, tenga todo el derecho a utilizar su considerable poder e influencias para buscar que un incondicional ocupe la presidencia nacional del partido clave en la izquierda nacional. No deja de ser inquietante, sin embargo, que en un momento en que él es solamente el "presidente legítimo", y no el constitucional, López Obrador esté recurriendo ya a todas las viejas prácticas del priismo para asegurar el triunfo de su candidato.

No hay mucha diferencia entre lo que está haciendo López Obrador y lo que hizo el presidente Felipe Calderón para colocar a la cabeza del PAN a un hombre de su confianza, Germán Martínez, o lo que durante tantas décadas hicieron los presidentes surgidos de las filas del PRI. De alguna manera esto nos dice cómo serían las cosas en este país si el presidente legítimo fuera también el presidente constitucional.


¿Y Marcelo?


Lo lógico es que tarde o temprano Marcelo Ebrard, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, se deslinde de López Obrador. Los dos, después de todo, tienen la ambición de llegar a la Presidencia de la República en el 2012; pero hasta ahora Ebrard ha mostrado una impecable lealtad al presidente legítimo. Es probable que ambos tengan un acuerdo para apoyarse mutuamente en el 2012, con lo cual decidirían -tal vez por encuestas en el 2011- quién sería el candidato a la Presidencia de su grupo. Habrá que ver si el acuerdo se sostiene. Por lo pronto resulta interesante ver que, hasta ahora, ni Ebrard ni ninguno de los miembros de su equipo han intervenido abiertamente en el proceso electoral interno del PRD. El jefe de Gobierno capitalino no ha querido, al parecer, quemar los puentes con los Chuchos, con los moderados, como lo ha hecho López Obrador.

Alberto Morales
El Universal

Sábado 01 de marzo de 2008


El Partido Alternativa Socialdemócrata logró en poco más de dos años de existencia reproducir las viejas prácticas de los partidos “tradicionales”.


A 30 días de que renueve su dirigencia nacional, los grupos encabezados por Patricia Mercado, ex candidata presidencial, y Alberto Begné, actual líder del partido, se encuentran inmersos en una guerra sucia y en las descalificaciones.

El proceso de renovación de las últimas semanas se ha caracterizado por agresiones verbales, golpes bajos, críticas e incluso amenazas.

Al anunciar su candidatura, Mercado responsabilizó a Begné de que el partido haya perdido el rumbo y de los malos resultados en los comicios de 2007.

La política sonorense lo acusó también de manejos poco transparentes en las finanzas.

En tanto, la corriente que apoya a Begné —quien busca reelegirse en el cargo— ha denunciado que los simpatizantes de Mercado están violentando el proceso de renovación de las dirigencias nacional y estatales.

El jueves, la ex candidata presidencial denunció que el diputado local Enrique Pérez Correa contrató a “porros” para impedir el registro de los Comités de Acción Política en el DF.

Ayer, un grupo de jóvenes que se presentaron como estudiantes irrumpió durante la Primera Asamblea de Jóvenes Socialdemócratas, para exigirle a Pérez Correa el pago de mil pesos por el “trabajo” —dijeron— de haber cerrado los centros de afiliación.

José Rivera Macías, quien se ostentó como “estudiante” e integrante de la Federación Estudiantil de Derecho de la UNAM, increpó a Pérez Correa.

Aseguró que por orden del legislador, un señor llamado “Raúl” los mandó a Milpa Alta, Coyoacán e Iztapalapa a cerrar los citados centros.

Rivera Macías forcejeó con los organizadores para ingresar al lugar donde se celebró el encuentro.

Tras lograr su cometido, afirmó que fueron contratados 80 estudiantes más, con la promesa de darles mil pesos a cada uno y un trabajo dentro del partido.

Pérez Correa se deslindó de las acusaciones de Mercado y de los presuntos estudiantes, al señalar que él no estuvo presente en ninguno de los 14 centros de afiliación. “No conozco a ninguno de los jóvenes”, agregó.

Aseguró que no utilizará el mismo esquema de Patricia Mercado, “de acusar a cualquier miembro del partido sin tener elemento alguno para sentenciar”. Añadió que la ex candidata “no sabe perder”.



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Publicado por REFORMA el 19 de Febrero de 2008


"La peor mentira es la que se fabrica con la verdad envenenada".

Anónimo


Una enfermedad muy grave ataca a México: el desprecio por la palabra, la mentira sistemática y sin vergüenza, la diatriba y el insulto como mecánica diaria, el negocio de la exageración y la caricatura nacional, el cinismo como estrategia están degradando al país. Ante el interminable desfile de mentiras y sandeces, los mexicanos están descreyendo de todo. Pero una nación vive de ciertas creencias compartidas. Los pobres se multiplican, se lanzó durante la campaña mil veces, son 50, 60 millones. Falso, los pobres en México van disminuyendo, más lentamente de lo que todos desearíamos, pero disminuyen. Allí están los datos, los pobres extremos, los que tienen hambre, pasaron de más de 21 por ciento en 1992 a cerca de 14 por ciento en el 2006. Solidaridad, Progresa, Oportunidades han funcionado y deberíamos festejarlo. Pero no, ahora ya ronda entre priistas la idea de acabar con la estrategia. ¿Por qué la mezquindad de no reconocer lo que funciona?

El TLC nos ha empobrecido, gritan con seriedad casi mística. Falso, el tratado ha multiplicado las inversiones directas 14 veces, ha cambiado nuestro perfil exportador de un país dependiente del petróleo a una economía exportadora de manufacturas, ha creado cientos de miles de fuentes de empleos, muchos de calidad, y ha terminado con la pesadilla de nuestro histórico déficit con Estados Unidos. Es gracias al superávit con el norte que podemos financiar nuestros déficits con Asia y Europa. Es cierto, los efectos benéficos del TLC se concentraron en el norte, pero no se vale mentir con tanto descaro. Calderón no plantea "vender Pemex". Desde la campaña del 2006 quedó claro que ningún candidato defendía esa posición. Sin embargo la expresión circula de boca en boca, en discursos frente a mexicanos que se merecen más respeto. Es una mentira que reditúa porque exacerba los ánimos nacionalistas, pero es una mentira y como tal enferma.

El agro mexicano se encuentra al borde del abismo, todo provocado por las importaciones de maíz del 2008. Falso. La apertura del agro comenzó hace 14 años. Las importaciones de maíz en sus dos tipos han beneficiado a decenas de millones de consumidores. Las tortillas pero también otros alimentos hubieran sido mucho más caros sin esas importaciones. Las exportaciones de frutas y legumbres crecen asombrosamente. La producción de maíz por hectárea se ha incrementado pero, claro, tarde o temprano los productores con baja productividad, 94 por ciento, tendrán que enfrentar la realidad: muchas naciones, no sólo Estados Unidos, producen maíz a mucho mejor precio. Por supuesto detrás está la absurda pulverización de la propiedad agraria en la cual 80 por ciento de los productores tienen menos de cinco hectáreas. ¿Qué hacemos? Renegociar el TLC, ¿de verdad lo creen? ¿Abrir el tratado por un sector perdedor para que los perdedores del otro lado pidan protección? Pero como de lo que se trata es de alebrestar, de mentir para lucrar, pues todo se vale.

Llegó el horror de las inundaciones de Tabasco. La tragedia rebasa la peor de las imaginerías. Pero claro, la tragedia también es negocio, por qué no culpar a la CFE y decir que un demente abrió las compuertas de las presas a sabiendas de lo que ocurriría. El gobierno de satanases es capaz de cualquier cosa. Sólo el 5 por ciento del agua era responsabilidad de las presas que tenían que ser desfogadas, que así evitaron el alud asesino. Pero claro, esa versión no permite el malsano ejercicio de sembrar la duda, de intrigar, de infectar el espíritu, de envenenar la conciencia. De nada sirven las explicaciones fundadas cuando no hay una condena severa a la mentira paralela.

En un país con ocho años de escolaridad promedio, con un bajo nivel de información política, las mentiras y falsedades calan. Con la mano en la cintura un comentarista puede afirmar que en tal o cual decisión de la Suprema Corte fue clara la intervención del Presidente, que el contubernio es evidente. Silencio es la respuesta. La intriga es un excelente negocio político porque siembra la duda, no importa que las instituciones salgan dañadas, que la confusión impere, que la desconfianza crezca. Es lo de menos, lo que importa es sembrar cizaña. La palabra hoy es engaño y no medio de entendimiento. AMLO puede acusar de traición a la patria sin provocar el menor asombro. Todo se vale como si eso en sí mismo enriqueciera la libertad. Falso. Un país de incrédulos sería ingobernable para cualquiera.

Para que los mexicanos puedan decidir de manera informada y ejercer así su libertad, deben de entrada tener confianza en lo que se dice por tener asiento en la realidad. De qué sirve desarrollar todo un sistema nacional de acceso a la información que transparente los dineros públicos, si en paralelo la opinión de los mexicanos está totalmente desorientada por declaraciones y discursos sin ningún sustento, plagados de mentiras. Las falsedades se van trenzando y el ciudadano común termina por descreer de todo. ¿Cómo esperar que el nivel de debate se eleve cuando la deformación es método? No sólo cargamos con problemas de diseño institucional, como es el caso de la designación de los consejeros del IFE, además la irresponsabilidad verbal no tiene factura.

Esto no es cuestión de reformas de Estado, de nuevas leyes, de acuerdos nacionales. Es un asunto de integridad personal, de ética social. Instituciones nuevas con los mismos mentirosos profesionales sería otro engaño. Lo primero es exigir respeto a la palabra, lo segundo es denunciar la mentira y por supuesto a los mentirosos.


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