REFORMA

Hace 25 años (casi), el 19 de junio de 1982, el Zócalo de la Ciudad de México se vio inundado por una multitud que apoyaba la candidatura a la Presidencia de la República de Arnoldo Martínez Verdugo, postulado por el Partido Socialista Unificado de México. Aquel día, por primera vez luego de 14 años, una manifestación independiente ocupaba ese espacio. Desde las masivas concentraciones de 1968 el Zócalo se había convertido en tabú, en zona prohibida para la oposición y desde el gobierno se impedía por todos los medios que voces disidentes se expresaran ahí. Era un área que sólo podía ser explotada por el oficialismo. No obstante, aquel día, miles y miles de hombres y mujeres caminando desde un costado del Monumento a la Revolución llegaron a la plaza con sus banderas rojas. Y entre consignas y gritos ejercieron sus derechos e hicieron suya y ayudaron a construir esa noción evanescente que denominamos libertad.


Hace un cuarto de siglo, el PSUM realizó su primera y única campaña presidencial. La novedad: lo hacía amparado en la ley. En 1976, el Partido Comunista había postulado como candidato a la Presidencia a Valentín Campa para hacerse presente a la luz del día y como fórmula para denunciar su exclusión arbitraria del marco electoral. La reforma política del año siguiente (1977) no puede explicarse sin aquel reclamo y sin la enorme conflictividad que cruzaba al país y que no encontraba puentes de comunicación con el espacio institucional. Las elecciones intermedias de 1979 habían sido la primera prueba de la reforma y en 1982 contendían siete candidatos a la Presidencia, luego de que en 1976 oficialmente sólo había una opción, la de José López Portillo apoyado por el PRI, el PPS y el PARM. Ahora, los partidos eran considerados por la Constitución "entidades de interés público" y podían ejercer una serie de derechos y prerrogativas y eso era lo que hacía, sin duda, el PSUM.

Hace 25 años, el PSUM representaba el primer intento de unificar a la izquierda mexicana. Hasta ese momento profundamente dividida y sin peso sustantivo en las elecciones, se trataba de revertir esa situación y proyectarla como una fuerza alternativa. El 6 de noviembre de 1981 se habían fusionado en la nueva organización, los partidos Comunista Mexicano, del Pueblo Mexicano (PPM), Socialista Revolucionario (PSR) y los movimientos de Acción Popular (MAP) y de Acción y Unidad Socialista (MAUS). Trayectorias, idearios, formas de acción distintas se conjugaban para intentar multiplicar el peso de la izquierda. Visto en retrospectiva, se trató de un primer eslabón que en los años siguientes se reforzaría con nuevos y más abarcadores procesos de fusión entre partidos, agrupaciones, corrientes e individuos.

Hace 25 años, cuando la mitad de los mexicanos que hoy están vivos aún no nacían, los candidatos del PSUM hicieron campaña a lo largo y ancho del país. Explotando las nuevas condiciones políticas y legales desplegaron sus iniciativas para entrar en contacto con miles y miles de ciudadanos. Arnoldo Martínez Verdugo y su caravana recorrieron el país en 185 días. Arrancó el 4 de diciembre de 1981 en la Plaza de Santo Domingo en el Distrito Federal y de ahí a Alcozauca, Guerrero (en la montaña), pequeño municipio enclavado en el fondo de una cañada, y que había sido el primero "conquistado" por el PCM... y ni un solo día fue de reposo. La izquierda entonces aparece en periódicos y revistas y de manera marginal en la radio y la televisión. Se empieza a convertir -como diría Mitterrand- en parte del paisaje. "El candidato del PSUM recorrió más de 38 mil kilómetros para visitar 202 municipios y poblados en los que encabezó 311 actos públicos, entre ellos 167 mítines, 65 comidas populares; y asistir a 10 penales para hablar con prisioneros políticos. Además, encuentros, marchas, foros y ofrendas florales. En total cerca de 305 mil 790 personas acudieron a tales concentraciones. Nunca, como entonces, una campaña proselitista de izquierda tuvo contacto personal con semejante cantidad de mexicanos", escribieron los entonces reporteros Rogelio Hernández y Roberto Rock en su vibrante crónica de la campaña titulada precisamente Zócalo Rojo (Océano, 1982, p. 21).

Hace 25 años, la campaña del PSUM intentó poner en el centro del debate público los diagnósticos y las propuestas, hacer de la confrontación político-electoral un escenario cargado de ideas, análisis, iniciativas. Así lo escribió entonces Rolando Cordera: "se requería... convertir a la campaña en una suerte de foro omnipresente en el cual el Partido frente a la sociedad, el Estado y la Nación, ubicara o descubriera los nudos estratégicos de la problemática mexicana, explorara y arriesgara soluciones, especulara y proyectara vías de acción, coaliciones posibles y aparentemente imposibles, y vislumbrara, con el máximo de libertad, nuevas plataformas de desarrollo social y político... lo anterior pretendía establecer como eje de la acción política del socialismo mexicano la noción de proyecto nacional alternativo" (en Zócalo Rojo, Op. cit., p. 11-12). Se discutía sobre las posibilidades de "una nueva sociedad rural" y la defensa de los recursos naturales, sobre el diálogo entre cristianos y marxistas y la situación de los indígenas, sobre los contenidos de una nueva reforma política y la necesaria libertad y democracia en los sindicatos, la emancipación de la mujer, los problemas de la educación y "el socialismo al que aspiramos" (A. Martínez Verdugo, El proyecto socialista, editorial del Comité Central, 1983, 323 págs).

Hace un cuarto de siglo, en la elección presidencial, el PSUM y Arnoldo Martínez Verdugo obtuvieron 821 mil 995 votos, el 3.48 por ciento


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