Adiós a Bátiz



Rafael Ruiz Harrell
9 de octubre de 2006
Reforma


En un par de meses más habrá nuevo procurador en nuestra capital. No sé quién vaya a ser -en este momento quizá nadie lo sabe-, pero sea quien fuere y contrariando el dicho de que más vale malo por conocido que bueno por conocer, es muy poco probable que tenga un desempeño tan atroz como el de Bernardo Bátiz.
En los seis años que Bátiz estuvo en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal su rumbo no estuvo determinado por la ley -sino por los caprichos de AMLO-, muchas veces traicionó el respeto que merecía la dignidad de su cargo y, para colmo, en conducta típica de burócrata mediocre no promovió, ni siquiera en calidad de intento, ninguna de las múltiples reformas que la institución pide a gritos.
De tiempo en tiempo Bátiz solía salir con la novedad de que la delincuencia estaba disminuyendo. La disminución, por supuesto, no sólo era imaginaria, sino que la presentaba como si hubiera ocurrido a causa de una mejoría en la eficacia del ministerio público, en la honradez de la policía judicial o a la puesta en marcha de nuevos y sorprendentes programas. No había tal. En los últimos seis años la Procuraduría capitalina no conoció cambio, modernización o mejoría.

MENTIRAS
En 2004, Bátiz se hizo eco de una promesa de su jefe: la delincuencia registrada en el DF bajaría 15 por ciento cada año. Al advertir que aun alterando las cifras sería muy difícil justificar tamaño descenso, Bátiz empezó a explicar que sí, que era el 15 por ciento, claro, pero no de todos los delitos ¿cómo cree?, sólo de los que sean extramuros porque los otros ¿cómo los paramos?
La noción medieval de contar los delitos extramuros, pero no los intramuros tenía una ventaja: el procurador podía decir, con entera libertad, cuáles eran uno y cuáles otros. Los robos en el metro, por ejemplo ¿son equiparables a los robos callejeros o suceden entre muros?
La salida resultó inútil. En 2004 sólo la delegación de Cuajimalpa superó el 15 por ciento. En apariencia la Cuauhtémoc también, pero el descenso se debió a que los delitos denunciados en el sector central se contabilizaron en las delegaciones en que habían ocurrido. En el año de 2005 sólo la delegación de Tlalpan alcanzó más el 15 por ciento. Este año, a juzgar por la información disponible de enero a julio, Tlalpan será de nuevo la única delegación que estará cerca de lograrlo, pero todo indica que se quedará en 14.5 por ciento.

EL SEXENIO
La posibilidad de calcular a partir de los datos de enero a julio el total de los delitos de este año, nos permite adelantar un diagnóstico sexenal y preguntarnos qué logró Bátiz realmente.
Si se considera las cifras de la Procuraduría capitalina, del 2000 al 2006 la criminalidad registrada bajó 2.9 por ciento, proporción que en un sentido estadístico es irrelevante. Más grave todavía es que las cifras oficiales no sean dignas de confianza. Entre enero y julio de 2006 se iniciaron 102 mil 202 averiguaciones previas, lo que significa que el total anual será de aproximadamente 175 mil 200. Como a menudo se cometen varios crímenes en un solo incidente -robo y lesiones, o violación y robo-, muchas averiguaciones consignan dos delitos o más. En promedio hay 112 delitos por cada 100 averiguaciones. Confirma la afirmación que a los presuntos responsables se les atribuyeron 1.12 delitos en promedio, o sea que por cada cien presuntos hay 112 delitos.
Todo esto implica que, dadas las averiguaciones abiertas, la Procuraduría capitalina debería haber registrado en sus estadísticas 196 mil 200 delitos. Si se compara esta cifra con los 176 mil 747 del año 2000, resulta que los crímenes crecieron 11.0 por ciento a lo largo de la administración de Bernardo Bátiz.

GOLONDRINAS
Celebro que en un par de meses Bátiz vaya a dejar de estar estorbando el desenvolvimiento de la procuración de justicia en nuestra ciudad. No obstante, no hay que adelantar albricias porque puede ser que Ebrard, dispuesto a seguir a AMLO hasta la ignominia, insista en desconocer a Felipe Calderón como presidente de México y para evitarse problemas deje a Bátiz en el cargo. Claro que Calderón puede removerlo porque es facultad suya tanto nombrarlo como quitarlo, pero tal vez tampoco quiera iniciar un conflicto por eso y tengamos que seguir padeciendo a don Bernardo.
Optimista al fin, espero que eso no suceda y Marcelo Ebrard nos muestre que algo aprendió en la SSP y, leales o no, en su administración los inútiles no tendrán cabida.

ruizharrell@gmail.com

0 Comments:

Post a Comment




Blogger Template by Blogcrowds


Copyright 2006| Blogger Templates by GeckoandFly modified and converted to Blogger Beta by Blogcrowds.
No part of the content or the blog may be reproduced without prior written permission.